De puño y letra

Por naturaleza soy de las personas que hasta lo mas mínimo se torna como un gran reto a cumplir, sea en el ámbito personal o profesional siempre pongo  como quien dice toda la carne en el asadero. En cierto modo puede que sea una virtud pero también llega a ser un defecto, porque no voy a dejar de trabajar hasta alcanzarlo. Por más mínima que sea la meta a conseguir siempre colocare todo mi esfuerzo para lograr cumplirla y en ocasiones no siempre se llega a la meta, convirtiéndose esto en una gran inmensa derrota que puede llegar a estancarme. Pero al igual que siento pueda ser la más grande derrota consigo de inmediato levantarme y continuar mi carrera siempre enfocado en llegar a la meta. Tenemos que siempre sin importar por más difícil que sea el recorrido, por más complicados que sean los obstáculos en el camino dejarnos la piel y trabajar hasta alcanzarlo.

En la vida hay muchas cosa que suelen ser borrosas o equivocas.  Las cuales podemos interpretar de la manera contraria a la que se nos expone.  Pero no hay nada más incierto que el amor. Siempre va a depender del estado de ánimo propio y de como podemos percibir acciones de otras personas hacia nosotros.  "Donde manda el corazón no manda la razon" y muchas veces cometemos el error cuando hacen muestras de cariño hacia nosotros. El ser humano por naturaleza va a tener la necesidad de cariño, pero no siempre será el cariño del que carecemos; muchas veces el amor puede ser tan incierto que ni siquiera nosotros mismos vamos a poder razonar ante ello.

El escenario sin lugar a duda siempre será para el artista su refugio, su libertad, su pasión y lugar favorito en el mundo. Estar allí su más grande vicio y su mayor medicina. Ña adrenalina de estar sobre el escenario jo tiene explicación resulta una mezcla de ansiedad, emoción, miedo y expectativa de lo que que el público vaya a apreciar o interpretar.  Muchas veces menos es más, otras es verdad que necesitamos más pero siempre al finalizar los aplausos son para el artista su gran recompensa. Recompensa a horas de entrenamiento, ensayo y desvelos, a dolores físicos, autoexigencia e inalcanzable compartir con familiares y amigos que se aplazan por dedicarse al arte. El artista es más que arte, el artista es vida, es pasión y es amor por lo que hace. 

Muchas veces por diversas circunstancias sentimos que estamos perdidos,  sin rumbo, sin norte o sin alguna motivación para continuar. Pero simplemente el destino,  universo o las casualidades como queramos llamarlo nos presentan las herramientas, personas, eventos o cosas para que volvamos a retomar el rumbo. En la actualidad ese está siendo un estado de ánimo colectivo, pero que tampoco hay que pensar que sea un estado anímico personal. Cada quien decide como reinventarse, solo hay que tener paciencia, lo cual resulta difícil porque por naturaleza el ser humano quiere cumplir lo que se propone al momento. La cosa es que si cultivamos la paciencia cuando menos te lo esperas se van presentando las herramientas para que así podamos de nuevo retomar el curso y seguir avanzando.