De puño y letra

No podemos negar que el tiempo pasa y muy rápido. Solo nos damos cuenta cuando comenzamos a extrañar todo aquello que era rutinario o simplemente era insignificante para nosotros.  Hoy después de tanto tiempo que ha pasado y todo lo que he tenido que pasar puedo decir con la boca llena que eso es solo lo que necesito. Volver, estar y convivir en un salón de clases, rodeado de espejos y barras de ballet, tambores para percusión y un piano para cada ejercicio de la barra y el centro. Cada noche en mi puesto del camerino donde ocurría la magia, se creaba una familia y lazos fuertes de amistad y hermandad. Cada día de la madre, cumpleaños y Navidad en casa con mi familia, con mis amigos y vecinos. Esos abrazos sin pedirlos, aquellos mensajes diciendo sal vamos a tomarnos un café o ven y nos damos un paseo sin necesidad de pedirlo o planearlo. Aquellas tantas ida a la playa espontáneas después de clases o el trabajo.  Las innumerables camitas por la ciudad que se hizo mi casa....

Hay infinidad de situaciones donde uno como persona suele mantener una posición o se posiciona en un bando o en otro.  Un mal entendido suele ser el gran detonador para ello, así como también alguna discusión entre personas donde es necesario posicionarse. Yo como persona tendré claro siempre que me voy a posicionar a favor de lo justo ya que me molestan las injusticias, no podre permitir nunca que a raíz de cualquier situación no prevalezca lo justo. También es verdad que nunca daré la razón a algo que no la tiene. Pero también me mantendré firme siempre en mi posición cuando se que yo no he sido quien ha actuado mal,  dicho o hecho algo injusto. Considero que en la vida siempre habrá que posicionarse de un lado u otro, pero favoreciendo siempre a lo que es justo. Valorando de igual manera una posición neutral ya que no hay nadie que pueda verificar cual de estas partes puede llegar a tener la razón o no.