Una sonrisa

Es inevitable se dibuje en mi rostro una gran sonrisa al pensarte. Pensarte me llena de alegria. Alegría que te caracteriza muy a pesar de tu caracter. Un carácter fuerte y en veces arrogante que aún así te hace agradable. Agradable siempre ha sido pasar horas interminables compartiendo contigo. Contigo sentí esa llama que creí se había extinguido. Y aunque tu ya no estés conmigo no hay nada que extinga tu cariño.
Cariño que nacio, creció y se mantuvo aún después de haberlo dejado todo, incluso después de haberte dicho adiós en tu partida al cielo.
Vives en mi corazón eternamente como ese hermoso recuerdo inminente que dibuja sonrisas en mi rostro

Comentarios

Entradas populares de este blog

Del silencio

Aceptar no es rendirse

Volver a conectar