A través de este blog quiero compartir mi sensibilidad por la escritura. Escribo desde el corazón, de mis propias experiencias o de otras experiencias. Que cada palabra sea inspiracion, apoyo, fuerza y motivación para otros.
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Catorce, ocho, lo vio? Que viene que va, zumba, el diablo, no no esta! El caos resuena y es siempre como un tic tac.
Hoy escuchando una reflexion aprendi que el aceptar no es rendirse, el aceptar no es tirar la toalla y tampoco es menospreciarse. Por lo contrario, aceptar es la respuesta a todo. Es permitirnos derrumbar esas barreras, eliminar angustias y sanacion personal. Aceptar un problema, situacion, molestias, sentimientos o lo que sea eso que nos frena para seguir avanzando, es sanar; es permitirnos volver a nosotros y dedicarnos a nosotros. Es perdonarnos y seguir, no todo sera como queremos, cuando queremos y tampoco con quien queremos.
Cuan dificil y complicado es hoy en dia estar en silencio; poder tener ese momento, tiempo, espacio en el que apagas el ruido exterior y el ruido interno. Aprender apagar el caos para dar paso a la calma; y desde alli, de ese silencio poder conectar, mejorar y sanar todo aquello necesario para poder avanzar. Es una obligacion aprender del silencio.
Algunas veces, pueda que si o pueda que no, tomamos la decision equivocada de alejarnos de todo y todos; simplemente por circunstancias que se nos escapan de las manos. Pero realmente no sabemos el daño que podemo ocasionar; tambien es verdad que por cual sea que tomemos esa decision, solo nosotros mismos conocemos el transito que lleva nuestra cabeza. Pienso como individuo que haya podido verme o no en esa situacion, solo nosotos somos los que tenemos el poder de volver a conectar. Buscar la ayuda necesaria, rescatar aquello que hemos desechado, siempre y cuando tenga el valor suficiente para ser rescatado; retomar eso o ese que nos motive a continuar. Pero sobre todo volver a conectar con nosotros mismos, conocer, respetar y valorar todo aquello que somos; con defectos y virtudes, manteniendo una opinion propia de lo que somos, intentando no permitir que lo externo no nos afecte.
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