Muere quien se olvida.
Es sabido que las pérdidas siempre son muy dolorosas y más cuando se pierde a un familiar o una persona especial. El dolor de la perdida nos hace ser egoístas con quien parte a otro plano, nos hace reprochar de que pudimos haber sido mejores con ellos y nos deja en una habitación solos a oscuras.
Esta semana ha sido de un completo sube y baja de emociones que dan la sensación de estar en una verdadera montaña rusa. Y me ha hecho reflexionar en que no todo se pierde. Solo perdemos lo físico, lo tangible. Porque ganamos mucho. Si. Ganamos mucho.
Nos hacemos ricos en recuerdos y anécdotas vividas junto a esa persona que perdurarán por siempre en nuestros corazones, nos hacemos millonarios en experiencia y aprendizajes adquiridos junto a esa persona. Ganamos sonreír cada vez que le recordamos.
Es verdad que el tiempo pasa volando y que pasa como un pestañear de ojos. Así pasen mil años todos esos recuerdos y anécdotas permanecerán en nuestras mentes y corazones hasta que sea el momento preciso del encuentro.
Solo muere quien se olvida.
Descansa en paz papá Mi súper héroe. Gracias por seguir cuidándonos desde el cielo.
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