El show debe continuar

Es bien sabido que el artista se debe a los escenarios, al espectáculo, al arte en sí. Que siempre debe mostrar su mejor cara sin importar lo que sucede detrás o fuera del escenario.  Pero ¿somos capaces de juzgar alguna mala cara, un mal gesto o mala respuesta sin saber en realidad que le pasa?
Si para una persona fuera del medio es difícil no mostrar muchas veces sus sentimientos, para el artista es el triple de difícil porque en realidad no se sabe cuando esta sonriendo de verdad. El artista vive por y para los aplausos porque es lo que le hace realmente feliz estar en un escenario haciendo disfrutar a un público, pero más allá del escenario existe una realidad que solo ese artista conoce.
El artista llega a convertirse en mucho más que eso, se transforma por completo en un ave fénix que resurge de sus cenizas en cada adversidad, aviva sus llamas e ilumina la sala; porque  para el artista pase lo que pase  el show debe continuar.

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