Que nada te haga perder la ilusion

Cuando somos niños vivimos la Navidad desde un punto de vista muy diferente a los adultos, pero al final cuando se es adulto también se viven estas fiestas con la misma ilusion que un niño. Esas ganas incontrolables de armar y decorar el árbol, organizar y preparar las cenas de noche nueva y de noche vieja, envolver los regalos para los seres queridos, sobre todo desear despertar para ir corriendo al árbol y destapar los regalos. Esa ilusión se vive siendo niño o siendo adulto.
También es verdad que muchos con el tiempo van perdiendo la ilusión de estas festividades por la añoranza de aquellos que no están, de los que se mantienen en la distancia y de otras muchos cosas más que van haciendo se pierda esa alegría de festejar y disfrutar la Navidad. 
En mi experiencia personal he decidido no dejar que nada me robe esa ilusión, todo lo contrario. Con poco he decidido vivirla intensamente por todos esos que ya no están y se que disfrutaban cada momento de la Navidad y por la Navidad. 
Dicen que el tiempo cura las heridas, pero no es el tiempo quien te hace olvidar tantos buenos momentos y tantas personas que han pasado por tu camino. 
Que nada, ni nadie te haga perder nunca la ilusión. Refugiate en aquello que añoras y te hará más fuerte. 

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